El alma del Hayy:
Safa, Marwa y Zamzam

Corriendo entre las montañas - Safa y Marwa - siete veces, comenzando con Safa y terminando con Marwa. Esto se llama "sa'i" . Literalmente, significa búsqueda, un movimiento con un objetivo. Se representa corriendo y apurándose.

Aquí actúas como Hajera, la madre del infante Isma'il. No tenía comida, ni agua, ni techo, ni para ella ni para su hijo, sino solo una fe inquebrantable e implacable en que el Dios de Ibrahim no la dejaría a ella ni a su único hijo sin sustento.

¡Señor nuestro! He establecido parte de mi descendencia en un valle árido de poca vegetación junto a Tu Casa Sagrada , para que, ¡Señor nuestro!, cumplan con la oración. Infunde en los corazones de la gente amor por mi descendencia, y provée-los de todo alimento para que sean agradecidos.

Pronto, sin embargo, el agua y la comida de Hajera se acabaron, no había leche ni agua ni comida ni para ella ni para su hijo. Empezó a buscar agua, corriendo hacia la cima de la montaña, Safa. No habia agua por ningun lado. Luego bajó y miró a su bebé para asegurarse que estaba bien. Luego subió a la cima de la montaña, Marwa, y miró profundamente para ver si había agua.

Después de correr siete veces entre estas dos montañas, ella bajó de Marwa para ver la condición de su pequeño hijo. Ella escuchó el sonido del agua brotando cerca de su hijo; y se sorprendió al ver agua brotando debajo de la roca cerca del talón de su hijo pequeño. Zamzam fue un regalo de Dios para la madre y el hijo, y para todos los que vinieron después. Es un agua mineral rica en poder nutritivo y medicinal para curar al hombre de muchas enfermedades. La Safa y la Marwa, por lo tanto, se convirtieron entre los signos de Dios.

[El recorrido entre los montes de] As-Safa y Al-Marwah es un rito establecido por Allah. Quien realice la peregrinación mayor o la peregrinación menor a La Casa [Sagrada de La Meca] sepa que no incurre en falta por realizar el recorrido ritual entre ambas. Y quien voluntariamente haga el bien, sepa que Allah se lo recom-pensará, pues Él premia las buenas intenciones.